lunes, 18 de enero de 2010


Una más

Abro los ojos, y de nuevo encuentro mi cama vacía. ¿Que nos paso, como llegamos a esta situación? Tan solo sé que gran parte es mi culpa. Como bien se dice, nunca se sabe lo que se tiene…hasta que lo pierdes. Recuerdo tus ojos llenos de lágrimas, mirando como otra persona rozaba ansiosa mis labios, un escalofrío recorrió tu cuerpo y la primera lagrima resbaló por tu mejilla. Abrí los ojos porque algo dentro de mi pecho se encogió, y entonces te descubrí allí. En ese momento me di cuenta de la tremenda locura que había hecho. Ahora el miedo invadió mi cuerpo, mis piernas comenzaron a temblar y no podía dejar de pensar, que en ese mismo momento, te acababa de perder.
Me quede inmóvil en la pista de aquella discoteca, mientras tú te dabas la vuelta para alejarte de aquel lugar y de aquella situación tan degradante para ti. Mi cuerpo no reaccionaba, quería salir corriendo detrás de ti para hablarte, pero algo me decía que no era el momento.

No sabía que hacer, no podía irme a casa y esperar que todo se arreglara por si solo, como otras veces había pasado. Aquella vez era distinta, había sobrepasado la barrera del límite. Cogí el teléfono, no podía aguantar hasta mañana, necesitaba hablar, necesitaba pedirte disculpas, necesitaba besarte de nuevo.

-Venga, se que estas en casa, cógeme el teléfono por favor – Fueron mis palabras al sentir el contestador hablar en tú lugar. – Solo quiero hablar contigo, necesito que hablemos, necesito pedirte disculpas, descuelga el teléfono por favor.-
Mis palabras fueron en vano, no descolgó, y el tiempo de habla se agoto. Me pare en la calle, guarde el móvil en el pantalón y después de un instante pensándolo, camine dirección a su casa. Llegue al portal, la puerta estaba abierta, entré sin problema y subí por las escaleras lo más rápido posible. Llegue al tercer piso y allí tuve que coger aire.
Sentía como mi pecho se estremecía. Me posicione frente a la puerta, eran las cuatro de la mañana pero eso no me importó. Pique, pero no recibí ninguna respuesta desde el interior, volví a intentarlo, pero de nuevo sin respuesta alguna. Me senté en la escalera y apoye mi cabeza contra la pared, tenía decidido no irme de allí hasta que te viera y pudiéramos hablar.

Sentí como la puerta se abría y me levanté rápidamente, parece que había pasado la noche en la escalera. Cerraste la puerta y cuando te diste la vuelta ahí estaba yo.
-No quiero hablar, no quiero verte, no quiero que ni siquiera me mires.- Fueron las primeras palabras que me dijiste.
-Pero realmente tienes que escucharme- Te rogué como nunca antes lo hice.- Todo fue un error, yo quiero estar contigo, sé que la cague, que cometí la mayor estupidez del mundo. No te imaginas el miedo que sentí cuando te encontré mirándome con lagrimas en los ojos y allí en medio de la pista, todo lo que mi cuerpo sintió…
-Ese es el problema que solo piensas en como te has sentido tú, en que ahora vienes con la disculpas y quieres que te perdone como si nada hubiera pasado, y ya no puedo más. Siempre que me doy la vuelta ahí estas haciendo de las tuyas, sin respetar mis sentimientos, sin respetar lo que tenemos. Tan solo piensas en ti, tú egoísmo poco a poco me esta matando y eso no puede ser así.- Tus palabras entraron en mi cabeza como nunca antes lo habían hecho. Te estaba perdiendo y estaba viendo que nada podía hacer.
Te quedaste de pie frente a mi, esperando a que dijera algo, pero no lo hacía, de mi boca no salían las palabras que tenían que salir para que te quedaras a mi lado.

-Si me disculpas, tengo que irme, no puedo perder mas el tiempo.-
Pasaste por mi lado como si nada te importara y mientras tanto mi cuerpo se balanceo de un lado para otro. No podía creerlo, realmente había perdido a la persona más importante de mi vida, y todo por una estupidez de las grandes.




Ojala les guste :)

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